Soy la número 100 cuenta la historia de la oveja perdida cuyo pastor salió a buscar. A lo largo del relato, la oveja Aleja, nuestro personaje central, va atravesando diferentes emociones por aquello que le toca vivir. Sumado a esto, debe resolver una crisis de identidad: ¿quién es? ¿Quién dice Dios que es? El amor y la afirmación por parte del Buen Pastor enseñan de manera divertida y práctica aquello que Dios piensa sobre sus hijos. Al final de la historia, se encuentra un apartado que explica cada una de las emociones que Aleja sintió y cómo estas se resuelven. De esta manera, los pequeños podrán aprender por qué sienten lo que sienten y cómo administrar sus emociones de forma adecuada. 66 PAGINAS A FULCOLOR